El derecho administrativo
Me ha tocado en suerte prologar El derecho administrativo de Prosper Weil, actualizado por Dominique Pouyaud. No hesito en afirmar que es un buen libro. Y lo es por diversas razones, las que no escapan a la tosca clasificación arriba ensayada.
Juzgo que para los estudiantes universitarios, sus principales destinatarios, será un libro revelador. De la lectura de un texto breve, claro y sustancioso obtendrán una visión completa y adcuada de los contenidos centrales de la asignatura. Es un libro, además, que está exento de riesgos: nada de lo que en él se dice puede resultar pernicioso para quién se inicia en el estudio del Derecho Administrativo.
Para los abogados profanos en la materia, entre quienes sin ninguna falsa modestia me incluyo, será un libro extremadamente útil,, ya que su lectura contribuirá a poner en crisis algunos de los lugares comunes sobre distintos aspectos de la disciplina que desde tiempos inmemoriales vienen sosteniéndose sin otro fundmaento que la mera repetición. Un libro que confuta nuestros errores cotidianos y que nos obliga a volver a pensar las cuestiones, no puede ser más que bienvenido.
Estamos frente a un libro que revela nuevos conocimientos a los profanos, que refuta concepciones comunes equivocadas y que confirma el saber de los expertos. Eso demuestra que El derecho administrativo es un buen libro, cuya publicación contribuirá no sólo al desarrollo de conocimiento de la disciplina, sino también a la jerarquización del libro universitario como objeto portador de cultura.
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