Cómo incluir la perspectiva de género desde el lenguaje

Incluir la perspectiva de género en la formación universitaria parecería una tarea sencilla. Y más aún por el hecho de contar con un documento que colabora con este objetivo. Sin embargo, es inusual hallar materiales elaborados por los Departamentos y las Secretarías de la Universidad Nacional del Sur (UNS) que utilicen un lenguaje inclusivo.

Incluir la perspectiva de género es una posición ética y política que implica: a) reconocer las relaciones de poder que sedan entre los géneros, en general favorables a los varones como grupo social, y discriminatorias para las mujeres y otros géneros; b) que dichas relaciones se han instituido social e históricamente, y son constitutivas de las personas; c) que las mismas atraviesan todo el entramado social y se articulan con otras relaciones sociales como las de clase, etnia, edad, preferencia sexual y religión (Gamba, 2008).

Por el contrario, no utilizar el lenguaje inclusivo con perspectiva de género también es una posición ética y política que implica: a) no reconocer las relaciones de poder ques e dan entre los géneros; b) no darle importancia a las situaciones de discriminación y desigualdad que estas relaciones de poder producen; c) reconocer las relaciones de poder que s e dan entre los géneros y estar de acuerdo con ellas y con las situaciones de discriminación y desigualdad que producen.

El lenguaje refleja y sostiene tales relaciones de poder. Y aquí es donde radica la importancia de trabajar sobre la forma en que nos comunicamos. Sin embargo, la perspectiva de  género no empieza ni se agota en el lenguaje, sino que la antecede. Este documento es una propuesta para  aquellas y aquellso que decidieron y deciden posicionarse desde este lugar y una invitación para quienes aún no lo han hecho, ya que es una herramienta facilitadora en la materialización de dicha posición.