Territorios neoextractivos. Radiografía de la Argentina del siglo XXI
Territorios Neoextractivos. Radiografía de la Argentina del siglo XXI ofrece un análisis crítico de los conflictos socioambientales que atraviesan el país, estructurado en catorce capítulos que abarcan seis regiones. En la Patagonia, el libro examina las resistencias históricas contra la megaminería en Chubut –desde el plebiscito de Esquel (2003) hasta el «Chubutazo» (2021)–, los impactos multidimensionales del cierre de la mina Manantial Espejo en Santa Cruz, y las tensiones entre conservación y turismo masivo en el Parque Nacional Los Glaciares.
El Noroeste es analizado a través de la emblemática lucha contra la minería en Famatina (La Rioja) y la apropiación discursiva de conceptos como Pachamama y Buen Vivir para legitimar proyectos de litio en Jujuy. En Cuyo, se documenta la transformación de San Juan –de economía vitivinícola a dependencia minera– y sus efectos en desigualdades económicas, pérdida de soberanía hídrica y estigmatización de detractores.
El Litoral revela los conflictos en los Bajos Submeridionales, donde obras hídricas para el agronego-cio generan injusticias ambientales: comunidades sufren simultáneamente sequías e inundaciones, mientras grandes productores acaparan tierras. La región pampeana es abordada desde múltiples ángulos: las contradicciones de los agrocombustibles en Córdoba (bajo discursos de «transición energética»), el drama de los «pueblos fumigados» en Buenos Aires –con agroquímicos detectados en agua y suelo–, y el «extractivismo urbano» que amenaza humedales como el Arroyo El Pescado en La Plata. Un caso paradigmático es el del loro barranquero, especie nativa desplazada por la agricultura y criminalizada en áreas urbanas.
Los capítulos finales profundizan en Bahía Blanca, contrastando la pesca artesanal –con prácticas sostenibles y organización comunitaria– con la industria camaronera, que precariza especialmente a mujeres y niños. Además, se deconstruyen narrativas oficiales como «puerto verde», mostrando cómo ocultan impactos extractivistas.
La obra evidencia una paradoja: mientras las luchas socioambientales crecen en relevancia científica y movilización social, son ignoradas por las políticas públicas. Propone alternativas desde la justicia ambiental, el pensamiento decolonial y epistemologías territoriales, enfatizando que otro desarrollo es posible.
Este marco adquiere urgencia bajo el actual gobierno de Javier Milei, caracterizado por el desman-telamiento de instituciones ambientales (desarticulaciones ministeriales, recortes presupuestarios en áreas ambientales), censura de términos como «cambio climático» en organismos técnicos, y desfinanciamiento científico. A nivel global, el negacionismo se expresa en el retiro de la COP29 y la estigmatización del ambientalismo como «cultura woke», mientras se promueve el extractivismo como dogma único, exacerbando las crisis que el libro documenta.
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