La Constitución Argentina y la creación pretoriana de la Corte Suprema de Justicia
La Corte Suprema de Justicia, que la Constitución Nacional crea como cabeza de uno de los tres poderes del Estado, se erige así como el máximo órgano a cuyo cargo está la indelegable función de velar por la observancia del principio de supremacía constitucional. A ella compete, pues, la tutela de los derechos y garantías individuales, precisando su alcance y contenido; ejercer el control de constitucionalidad sobre las leyes y actos emanados de los poderes políticos del Estado, declarando su invalidez en cuanto vulneren aquel principio; y mantener el equilibrio del régimen federal adoptado, dirimiendo los eventuales conflictos de competencia entre el gobierno central y las autonomías provinciales. Así, la Corte Suprema de Justicia debe constituirse —al decir de Woodrow Wilson— en “una especie de Convención Constituyente en sesión continua”.
De allí que no resulta posible pretender un conocimiento acabado del derecho constitucional nacional, prescindiendo de los pronunciamientos que dicho Alto Tribunal produce, y esa es la finalidad que la presente obra trata de lograr, agrupando los fallos conforme al orden cronológico de las cláusulas constitucionales, precedidas de un breve comentario doctrinal y destacándose en cursiva los antecedentes del caso y en negrita el holding de cada uno de aquellos, así como algunos argumentos vertidos obiter dictum, pero que, por su contenido, permiten una mejor comprensión, tanto respecto del voto mayoritario como, en muchos casos, de las disidencias.
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